EL BULLYING EN LA ACTUALIDAD
Personalmente, cuando escucho la palabra #bullying, una fuente de sentimientos y sensaciones recorren mi mente y mi cuerpo: Incomprensión porque este tipo de situaciones sigan estando tan presentes en nuestro entorno educativo. Desconcierto por esa actitud de los niños/as, quienes como personas, padres y, en mi caso, maestros/as que somos, consideramos, o queremos considerar, que no entienden el significado de la maldad. Falta de gestión, no sólo a nivel educativo, sino también a nivel social y emocional. En definitiva, un sin fin de palabras que describen nuestra percepción de este concepto.
Pero lo que más se pregunta la gente es '¿esto ha ocurrido siempre?' Esta es la pregunta por excelencia que aparece con frecuencia en las conversaciones y debates cotidianos acerca de las problemáticas de la sociedad actual. Siento decir que sí. Lo único diferente es que ahora podemos darle nombre y, afortunadamente, cada vez hay más concienciación. Ello no significa que antes nuestras familias o maestros/as no se preocuparan por nosotros, sino que no había conocimientos y estudios suficientes al respecto.
De esta manera, nos encontramos con cada vez más programas de acoso escolar, planes de prevención que se integran en los distintos centros y cursos de formación del profesorado, con el fin de proporcionar las herramientas necesarias para no sólo actuar cuando la situación surge, sino para prevenir cuando hay factores de riesgo.
Sin embargo, sigue surgiendo esa sensación de que, cuanto más trabajamos contra el acoso, más casos siguen apareciendo. Entonces, ¿cuál es el problema? ¿qué estamos haciendo mal? Es una cuestión cultural y social, de manera que no podemos conseguir cambios y avances a corto plazo, sino que tenemos que seguir trabajando para cambiar este problema desde abajo. Constantemente, nos comparamos con otros países como Finlandia, donde llevan a cabo el programa #KIVA, el cual conozco personalmente, y trata de desplazar el objetivo de la prevención de la víctima y acosador/acosadores a los observadores, quienes tienen una influencia crucial en estos contextos. Este programa se ha empezado a implantar en España, pero fallan detalles como la forma de impartirlo, la formación al respecto y los condicionantes culturales de nuestra sociedad.
EL BULLYING Y LA EDUCACIÓN INFANTIL
¿Cómo podemos actuar para conseguir un cambio evidente? O mejor dicho, ¿cuándo podemos empezar a actuar? Puede que alguna vez hayas oído decir en en Educación Infantil no hace falta trabajar el bullying puesto que no se manifiesta en esta etapa. Cierto es que estas conductas no aparecen en edades en las que los niños/as no terminan de comprender el término de amistad y se caracterizan por un alto grado de egocentrismo, pero es una etapa crucial.
Un estudio muy reciente llevado a cabo por La Asociación Mundial de Educadores Infantiles (AMEI-WAECE), coordinado por Franklin Martínez Mendoza, afirma que el bullying se gesta en el último curso de Educación Infantil (5-6 años) debido a que aparecen conductas y actitudes que serán dominantes en etapas posteriores, siendo significativa la presencia de una familia disfuncional. Sin embargo, esto no implica que el resto de niños/as queden exentos de poder convertirse en acosadores.
Por tanto, nuestra labor debe residir en proporcionar a los niños/as de estas edades las herramientas necesarias para gestionar sus emociones y cohesionarse con el grupo, además de cambiar la percepción que el término compañero requiere. ¿Qué es un compañero de clase? Un compañero es algo más que una persona con la que compartes un aula, unas asignaturas y unos profesores. Un compañero es alguien con el que compartes experiencias, con el que se tienen diferencias pero también similitudes y cuya opinión importa. Alguien que no tiene que ser su amigo pero sí al que tienen que respetar. Así, debemos ayudarles a conocer sus puntos fuertes y débiles pero también los de su grupo de iguales.
Por ello, animemos a lo niños/as a encontrar y verbalizar las virtudes de sus compañeros/as desde edades tempranas para que estas actitudes positivas queden arraigadas en su personalidad y comportamiento.
¿Y tú? ¿Cómo contribuyes?
'Las diferencias nos enriquecen. El respeto nos une'
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