Llega la época de Navidad y con ella los comederos de cabeza en cuanto a regalos se refiere. Y aunque parezca algo muy fácil, las decisiones que tomamos a la hora de comprar se tornan más difíciles cuando se trata de los más pequeños/as.
¿Qué es lo más apropiado? ¿Qué es lo más adecuado a su edad? ¿Cuántos regalos debo comprarle? ¿Le habré comprado suficientes?
Todas estas preguntas brotan en nuestra cabeza sin cesar cuando se acerca el momento de comprar a los más pequeños, ya sean hijos/as, hijos/as de amigos/as, nietos/as, primos/as o sobrinos/as. Y es que nuestra mente se ha arraigado en una sociedad caracterizada por el consumismo en la que parece que nunca nada es suficiente y creamos 'necesidades innecesarias' que vamos inculcando a los niños y niñas desde sus primeros años de edad.
Y es que diversos estudios que se han realizado en los últimos años certifican que los niños reciben más juguetes de los que necesitan, incluso hasta 10 veces más. ¿No os parece algo desmesurado?
Esta tendencia de los padres en fijarse más en la cantidad de los regalos que en la calidad puede dar lugar al Síndrome del Niño Hiperregalado, que se caracteriza por niños con:
Falta de ilusión ya que están acostumbrados a recibir muchos regalos y no lo perciben como una sorpresa y un momento lleno de emoción.
Sobreestimulación, pues no tienen la capacidad de centrarse en todos los juguetes que reciben. Además, eso dificulta su capacidad de imaginación y de gestionar el tiempo: aburrirse, crear nuevos juegos con la combinación de juguetes, etc.
Bajo nivel de frustración, ya que se acostumbran a conseguir todos los regalos que quieren o piden, por lo que cuando no lo consiguen, se frustran.
Egocentrismo acrecentado al percibir que el adulto tiene la obligación de hacerles todos esos regalos.
¿Cuál puede ser la solución? Hace años, quizá, el hecho de recibir más de 4 regalos en Navidad no comprometía tantas consecuencias negativas ya que la sociedad y la educación distaban mucho de la actualidad. Y es que esto no sólo ocurre en épocas festivas.
Cada vez vemos en nuestro alrededor a más niños/as que a diario reciben regalos como premio a su comportamiento, como medio para evitar rabietas o simplemente por complacer a los más pequeños y pequeñas, todo ligado a una sociedad en la que cada vez hay más acceso a todo. Todo esto provoca que los niños/as, a parte de convertirse competitivos con el resto, no aprendan el valor de las cosas y el esfuerzo que supone conseguirlas y no sepan gestionar sus emociones.
Kommentarer