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Bocas de las emociones

Actualizado: 2 sept 2018

Reconocimiento de emociones: Emociones. Un concepto simple pero a la vez muy complejo. Simple, porque se trata de algo innato a nuestra personalidad y forma de relacionarnos. Complejo, porque a pesar de que nos acompañan a lo largo de nuestra vida, tenemos que aprender constantemente a descifrarlas.


Y es que, incluso en la edad adulta, muchas veces nos vemos con grandes dificultades para explicar cómo nos sentimos. Por ello, es muy importante atender a este aspecto desde edades muy tempranas. Aunque es algo que en el aula se trabaja de manera implícita en las diferentes situaciones que van surgiendo (resolución de conflictos, establecimiento de normas, hábitos, relaciones sociales con iguales y adultos...), no debemos olvidar que no debe quedar relegado sólo a eso, sino que tenemos que profundizar a través de dinámicas y juegos en los que enseñemos a los niños/as a reconocer primero las emociones de los demás, y después las suyas propias, porque como decía Vigotsky, el aprendizaje y el conocimiento de sí mismo va de lo social a lo individual.


Podemos encontrar miles de recursos para llevar a cabo esas dinámicas, pero en este caso hablaremos de uno que considero básico y que es importante que esté presente en el aula:

BOCAS DE LAS EMOCIONES

Recurso versátil que les va a a permitir jugar con el reconocimiento de las distintas emociones

Este recurso puede ser un punto de partida en la educación emocional y, además, se puede trabajar desde el primer ciclo. Se trata de bocas monstruosas (en este caso) que expresan las distintas emociones. En mi caso, las empecé a utilizar en el primer ciclo con niños/as del tercer nivel, ya que ese año trabajábamos un proyecto de emociones partiendo del cuento 'El Monstruo de los Colores'. Así, las íbamos introduciendo de una en una, según la emoción principal en la que giraba nuestro trabajo en el aula. Más adelante, en segundo ciclo, las adaptaría al centro de interés en el que se basaba el proyecto, como bocas de payaso ('El circo') o de bruja.

USO EN EL AULA

Sólo tendrás que imprimir, plastificar y pegar un depresor a modo marioneta. A los niños les encanta mirarse al espejo mientras se prueban las distintas bocas. El juego consiste en adaptar el resto de las expresiones faciales a esa emoción. Con los más pequeños puede parecer difícil, pero poco a poco le van cogiendo el truco y ¡les fascina!


Las dinámicas que puedes llevar a cabo son:


- Pedir a cada niño/a que coja la boca correspondiente a una emoción (la que tú verbalices) y se la pruebe.

- Poner caras o pedir a compañeros que expresen una emoción y el niño/a responda levantando la boca correspondiente.

- Dejarles elegir según cómo se sienta (cada día en la asamblea).

- Dejar que se las pongan a otros compañeros.

Como material alternativo y para añadir dinamismo y variedad al juego, utilizábamos el dado de las emociones, al cual dedicaremos otra entrada, y según la emoción que saliera tenían que ponerse una boca u otra.




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