Un niño sano es un niño espontáneo, inquieto, ruidoso... En definitiva, un niño es movimiento.
Como ya os he comentado en otros posts, todo aprendizaje parte de la manipulación. Pero para que esa manipulación sea lo más significativa posible, es necesario educar los distintos sentidos y estimularlos desde los primeros años de vida, tanto con el empleo de materiales de todo tipo, especialmente naturales y del entorno, como con la realización de actividades sensoriales más dirigidas.
En definitiva, para comprender el entorno y poder representarlo, necesitamos partir de la acción del cuerpo sobre el mismo, no sólo a través del tacto, sino también del oído, el gusto, la vista y el olfato. Es por ello que podemos organizar talleres de sentidos para que los niños/as experimenten y reconozcan elementos del entorno a través de sus habilidades sensoriales y perceptivas:
TALLER DE SENTIDOS:
Para el taller de sentidos organicé 5 cajas sorpresa y cada una tenía una imagen identificativa del sentido con el que íbamos a trabajar en cada una. En este caso dedicamos una sesión a ver todas la cajas, pero se puede hacer como punto de partida para en futuras sesiones dedicar cada taller a un sentido concreto. La diferencia está en que en este taller jugamos con los ojos cerrados:
- OÍDO.
En una cesta tapada con una tela metí distintos instrumentos y los fui haciendo sonar sin que los vieran para que trataran de adivinar de cuál era o simplemente captar su atención auditiva.
Para niños/as más mayores se pueden introducir objetos de distintos tipos y materiales, no sólo instrumentos, con el fin de que los reconozcan por el sonido que hacen: un pito, una campana, una alarma, una pelota...
En una sesión dedicada únicamente a este sentido podemos dejarles manipular los distintos instrumentos y objetos, seguir ritmos con ellos/as, bailar y moverse por el espacio al ritmo de canciones de distintos estilos, jugar a que se mantengan en silencio hasta que un sonido desaparezca (por ejemplo una campana), etc.
- GUSTO.
Introduje dos vasitos de plástico transparente y en uno metí azúcar y en el otro sal. Primero metieron la mano para tocar lo que había dentro sin mirar. Después, procedieron a probar lo que había en cada vaso, que como era del mismo color y casi la misma textura, parecían lo mismo. ¡Es muy divertido ver las caras que ponen al probar una y luego otra! Otra idea es darles smint de distintos sabores, que pueden comer sin el riesgo de que se atraganten (gracias Lorena por esta idea!).
En un taller posterior en el que nos centremos en este sentido, podemos distribuir alimentos en distintos platos para que los vayan probando de manera libre, desde frutas, hasta azúcar, sal, canela, zumos...
- OLFATO.
Aquí les introduje telas con colonia, una vela aromática y un pompero (idea que me dio Lorena de @lorena_solynubes), ya que el aire lo introducimos lo cogemos por la nariz y lo soltamos por la boca. Primero practicamos todos juntos, a modo de relajación y después uno a uno se fueron acercando a soplar las pompas, ¡fue genial!. También se pueden ofrecer alimentos u elementos naturales como flores y que adivinen qué es por el olor.
- TACTO.
Se pueden introducir telas de distintas texturas, slime, plastilina, arcilla, bolas hechas con globos y rellenas de alimentos: arroz, lentejas, garbanzos... Yo en este caso les dí plumas de distinta dureza para relajarnos pasando las plumas por las distintas partes del cuerpo: cara, cuello, brazos, manos, piernas... y una bola de masaje, de manera que de uno en uno fueron viniendo para que les diera un masaje en la espalda, lo que fue una experiencia muy relajante.
Para una sesión dedicada exclusivamente a este taller, podemos disponer telas alrededor del aula e incluso preparar una instalación como las de Javier Abad con telas, plumas y bolas de masaje para que experimenten, combinen y creen. Con mis niños/as de 4 años del año pasado hacíamos talleres de relajación donde, por parejas, se hacían masajes unos a otros, lo que no sólo favorece la relajación sino que fomenta las interacciones sociales entre ellos/as.
-VISTA.
Esta fue la parte más mágica y especial de toda la sesión, ya que jugamos con los colores fluorescentes y la luz negra. Apagamos todas las luces y primero les enseñé un folio en el que había dibujado círculos de distintos colores y tamaños (hice círculos ya que es la figura geométrica sobre la que estamos trabajando, por lo que puedes dibujar algo que sea significativo para el grupo) y los contamos, comparamos tamaños, colores...
Después, sobre un trozo de papel continuo blanco, les dejé dibujar libremente con subrayadores fluorescentes, pero también puedes utilizar témperas fluorescentes y que pinten con pinceles o con las manos.
En otras sesiones en la que hemos jugado con la luz y la oscuridad, hemos jugado con las sombras tanto de las manos como de figuras hechas con cartulina, algo que les encanta. Es por ello que mi próxima adquisición quiero que sea el cuento de 'Juego de sombras' de Hervé Tullet.
¿CÓMO SE HACE LA LUZ NEGRA CASERA?
Es súuuper sencillo. Sólo necesitaréis:
- Un móvil con flash.
- Celo transparente.
- Rotulador permanente de color azul.
Corta tres trocitos de celo (en internet leí que pusiera 5 capas, pero como no estaba segura de la intensidad de la linterna de mi móvil, sólo puse tres y funcionó de maravilla), píntalos con rotulado azul y pégalos en el móvil sobre el flash, uno encima de otro, y ¡tachán! ¡Ya lo tienes!
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