MAGIA
Una de las ventajas de trabajar la experimentación dentro de un aula de educación infantil es que crea una atmósfera mágica y emocionante, y eso es lo que más motiva a un niño/a y le invita a aprender de manera significativa. Disponemos de muchos experimentos que, adaptándolos, nos van a permitir conseguir esa magia, pero algunos de ellos, les llama especialmente la atención. Y esto es lo que ocurre con el experimento que os muestro a continuación.
Se trata de un #experimento muy fácil y que podemos aprovechar para llevar a cabo en épocas muy lluviosas y explicar, de manera sencilla, de donde viene la lluvia y por qué cae de las nubes. Lo encontré en un blog, que aunque es en inglés, tiene recursos y actividades muy interesantes sobre Lógico-Matemática y Ciencias y que recomiendo que visitéis.
Lluvia de ideas
A partir de este experimento, pueden surgir muchas preguntas acerca de los tipos de nubes, el proceso del agua, las estaciones... Sin embargo, el primer paso, y muy muy importante, es hacer una lluvia de ideas a partir de los materiales que les presentamos. En mi caso, utilizo un gorro de mago, porque, cada vez que hacemos experimentos en el aula, nos convertimos en magos capaces de hacer cosas extraordinarias a partir de combinaciones impensables.
Comenzamos con las hipótesis... ¿Qué pasos tenemos que seguir? ¿Qué hacemos con los distintos materiales? ¿Cómo los utilizamos? ¿Para qué? ¿Qué obtendremos? Analizamos todos los elementos que van saliendo de nuestro gorro mágico, los cuales, algunos conocemos, otros nos hacemos una idea, y los demás... ¡damos riendo suelta a nuestra imaginación! Estos materiales son:
- 1 recipiente transparente.
- Agua.
- Colorante alimenticio de distintos colores (lo puedes encontrar en supermercados, yo lo encontré en el Carrefour).
- Espuma de afeitar.
''Abracadabra, que la lluvia se haga''
Hecho esto, ¡ya podemos dar comienzo al experimento!
1. En primer lugar, echamos el agua en el bote, la cual podemos analizar, contar sus características, usos...
2. Después, pondremos una capa de espuma de afeitar sobre el agua.
3. Por último, añadimos el colorante. Podemos comenzar por el azul, y después ir jugando con los colores. Los niños podrán apreciar como el colorante traspasa las nubes y va bajando, como si fuera lluvia atrapada en el bote.
La experiencia es maravillosa y los niños disfrutan mucho observando el movimiento de los colores mientras caen de las 'nubes'. Según la edad, puedes además dejar que sean ellos mismos los que realicen el experimento, añadiendo el colorante con la ayuda de una cuchara.
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